DESAPEGO
REFLEXIONES


Uno de los aprendizajes que aporta la pintura: el desapego.
En el proceso creativo existe una constante: el cambio.
Cuando expresamos desde el flow, la intuición y la conexión, los objetivos e intenciones de una obra se transforman de manera continua.
La pintura y su alquimia son un misterio.
Por más que conozcamos los materiales o las técnicas, aunque podamos intuir ciertos efectos sobre el lienzo, siempre queda un misterio vibrante en el resultado final, especialmente cuando la obra se asienta, se seca, se revela.
Ese misterio es excitante.
La primera lección de la creación: no aferrarse a la visión inicial, a los colores ni a las tonalidades, tampoco a la dirección que parecía guiarnos. Porque quizá mañana —o incluso en un instante—la obra haya mutado.
La metamorfosis habita siempre en la creación.
Es necesario desapegarse incluso de lo que hoy nos hace vibrar, porque mañana, al volver a la obra, ya no seremos los mismos.
Yo no soy la misma que ayer.
Mi ser está en constante transformación, y mis emociones también.
Hoy puedo volar en éxtasis con la visión que tengo delante, y mañana quizás redirigir por completo la obra. Puede que ya no guarde nada en común con su inicio, o incluso que olvide en qué pieza estaba trabajando y descubra un nuevo mundo brotando desde mi interior, desde esa energía creadora imparable que nunca deja de moverse.
Cuando se crea desde la conexión y el sentir, surge uno de los mayores regalos: comprender y habitar el presente. Y entender que cada presente es único. Y que, en esa singularidad, yo también me transformo.
Esa diversidad siempre queda reflejada en la obra.
No persigo objetivos fijos ; persigo establecer una conexión intensa y sutil, cuyo fruto sea una obra capaz de contener los estados que he transitado durante su gestación.
La gran lección: el desapego.
Aceptar -y abrazar- que una obra mute al ritmo de mi Ser.
Y no, no hacen falta años. Basta con abrirse al presente y a su inmenso regalo.
No mirar atrás, y comprender que el mañana se está creando ahora, con mis propias manos.
